En todo proceso relacionado con la construcción, es necesario contar con los servicios de un profesional cualificado en la materia, que nos asesore y defienda nuestros intereses. El profesional indicado para estas funciones es el Arquitecto Técnico, tanto si es usted particular o empresa.
Relación de Competencias Profesionales de los Aparejadores y Arquitectos Técnicos:
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En el ámbito de la Empresa:
Promotora, Estudio de proyectos, Oficina Técnica, Jefe de Obra, Entidad de control, Laboratorio, Fabricación de productos, Comercialización, OCT, Gestión de mantenimiento… -
En el ámbito de la Administración:
Planeamiento urbanístico, Gestión urbanística, Disciplina urbanística, Oficinas Técnicas, Cuerpos de Inspección, Profesorado universitario y de EEMM, Catastro, Bomberos… -
En el ámbito del Ejercicio Libre:
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Proyectista (Parcelación, Demolición, Reforma, Decoración, Rehabilitación, Consolidación)
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Jefe de Obra
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Director de Ejecución de la Obra
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Coordinación de Seguridad y Salud Laboral
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Otros Encargos (Informes, Dictámenes, Certificados, Peritaciones judiciales, Valoraciones, ITE, Proyectos de Actividad, Planes de Emergencia.
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Historia de la profesión:
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La presencia activa de los Aparejadores en las obras de edificación está ampliamente documentada desde el siglo XVI, siendo en aquellos tiempos acaso la primera profesión que, cuando se desempeñaba ya entonces bajo la figura que hoy consideraríamos funcionarial, tenía reconocida, además de unos emolumentos fijos, la provisión de gastos para atender los desplazamientos a las obras o construcciones, lo que comprendía la disposición de una cabalgadura y de las dietas necesarias a su manutención. Pero se recogen referencias a la profesión incluso antes, en el siglo XV; así, por ejemplo, en uno de los sepulcros de la Capilla de Santa Clara, de Tordesillas (1430) se puede leer la siguiente inscripción: “Aquí yace Guillen de Rohan, maestro de la Iglesia de León et Aparejador de esta capilla”.
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De las filas de los Aparejadores salieron los Maestros Mayores. Las intervenciones de ambos profesionales se encuentran en el origen de prácticamente toda la edificación de determinada entidad ejecutada en España hasta principios del siglo XX.
La configuración actual de la profesión surge con el Decreto de Atribuciones de 16 de julio de 1935, que estableciera la obligatoriedad de intervención de los Aparejadores en todas las obras de arquitectura, como ayudante técnico de las mismas.
Académicamente constituye un hito importante la Ley de Enseñanzas Técnicas de 1957, que configuró los estudios que se impartían en las Escuelas de Aparejadores, introduciendo el Curso Preparatorio más los tres años de carrera, y que estableció las especialidades de urbanismo, organización de obras e instalaciones.
La titulación universitaria de Arquitecto Técnico aparece en España con esta denominación a partir de la reforma de las Enseñanzas Técnicas de 1964, integrándose los estudios en la Universidad a partir de la Ley General de Educación de 4 de agosto de 1970, constituyéndose las Escuelas Universitarias de Arquitectura Técnica por Decreto de 10 de mayo de 1972. La Ley de Reforma Universitaria de 1983 y las disposiciones dictadas en su desarrollo han mantenido el sistema académico mencionado, que es el actualmente vigente.